Fuente: EL MERCURIO
12:52 | En plena Región de Atacama, a unos 30 kilómetros de Caldera y en un terreno ya escogido se ubicará Enapac, el proyecto que tomará agua desde el mar, la desalinizará en una planta de osmosis inversa, y luego derivará en un reservorio de 592.00 m3 desde donde nacerán dos brazos de distribución: uno de 166 kilómetros que va a llegar hasta la zona de Diego de Almagro, y otro de unos 157 kilómetros hacia el este, a la zona de Maricunga. Todo alimentado por una planta fotovoltaica con una batería para funcionar día y noche. El proyecto "multicliente" del holding Aguasol, ligado al grupo israelita Solaer Renewable Energies (Solaer), y donde también participa la española Himin Solar estima una inversión por US$ 1.500 millones.
En 2023 Solaer adquirió Enapac a la compañía Trends. El proyecto había empezado a gestarse en 2015 y contemplaba tres vertientes: la producción de agua desalinizada, y dos brazos de distribución que ya tenían la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) para la producción y para la línea norte. Hace algo más de un mes obtuvieron la tercera RCA, otro paso para una iniciativa inédita y que ya sale a buscar clientes. "Nuestra percepción de multicarrier y de multisector, diría que no existe en Chile y no creo que en Sudamérica", dice el gerente general de la iniciativa, Claudio Bitran.
Solaer opera en Israel -donde se de- saliniza más del 80% del agua—, Italia, España, Polonia y ahora Chile. "Chile tiene un historial de bienvenida al inversionista que es importante para nuestro grupo, además hay una buena valorización del esfuerzo que se está haciendo por reducir los tiempos de obtención de permisos, además de estabilidad macroeconómica", señala.
La planta será multicarrier, es decir, podrá abastecer de agua a más de un cliente. De hecho, Enapac será equivalente a unas ocho-diez plantas de desalinización individual. Su producción va a llegar cerca de los 3.000 litros por segundo, mientras una planta promedio tiene entre 300-500 litros por segundo. "Estamos evitando un impacto costero significativo que tendrían ocho plantas, teniendo una sola de gran capacidad", subraya Bitran.
Hoy ya tienen en construcción la planta solar, que abastecerá a la desalinizadora de 100 MW de potencia con un respaldo de 500 MW para dar continuidad las 24 horas. Ahora necesitan los permisos sectoriales y hacer la ingeniería de detalle para avanzar con el resto.
Pero sobre todo, dice Bitran, cerrar contratos de envergadura que viabilicen la estructura financiera del proyecto. "Son proyectos fuertemente apalancados con deuda —cerca de un 70% del capex respaldado en contratos de largo plazo— y recién ahí uno se pone a construir". El timming es iniciar la construcción en unos cuatro años, y que 2030-2031 sea el primer año de funcionamiento.
Reconoce que necesitamos cerrar contrato con tres o cinco players de gran tamaño, de los cuales ya hay conversaciones desde hace algún tiempo. Y una vez que los tengamos cerrados, será mucho más fácil sumar demanda de otros clientes de menor tamaño". Por eso hay un brazo norte y uno este. Incluso están evaluando agregar uno al sur.
Para los clientes -dice- el costo por metro cúbico, dada la economía de escala, será menor. "Ahora -dice- ¿por qué cuesta cerrar contratos? porque la industria minera es muy conservadora y no quiere tomar riesgo, pero a la larga las eficiencias que nosotros vamos a lograr no las van a poder igualar".
Energía fotovoltaica en Calbuco
La meta es tener al menos un contrato este primer semestre de 2026 y, ojalá, tenerlos todos durante el próximo año. Incluso, dice Bitran, si cierran uno importante para la línea norte y otro para la este, ya pueden empezar a construir. "No es ninguna locura y estamos confiados en que vamos a poder tener eso durante el curso del próximo año", agrega.
La idea de multicarrier implica que podrían entregar también cientos de litros por segundo en el río Copiapó para proyectos de uva de mesa o de plantaciones de olivos, "y poder cambiarle la cara a la región". Y agrega: "Nuestra percepción de multicarrier y de multisector no existe en Chile y no creo que en Sudamérica”.
Explica: "El proyecto da una flexibilidad enorme, por ejemplo, un cliente podría estar no tan cerca, a 10 km, pero puede tirar su línea de conexión a nuestra matriz". "Hay algunos proyectos grandes que se vienen en Atacama y que nosotros estamos en conversaciones para poder abastecerlo". "Chile va a seguir siendo un productor muy potente de cobre y de litio, ambos minerales necesitan agua. Y esa es nuestra visión de largo plazo", subraya.
Aguasol tiene, además, cuatro-cinco proyectos de energía fotovoltaica en desarrollo y uno eólico en el sur, en Calbuco, los cuales estarían listos en un año y medio. Entre todos, suman unos 300 MW de potencia. Han invertido recién US$ 20 millones -“estamos recién rascando la superficie con estas inversiones iniciales"-, ahora necesitan los contratos para Enapac.
"Tenemos que hacer una selección de aquellas inversiones que podemos sostener con nuestro propio equity. Y construir las redes de distribución, no sacamos nada con tener la planta de desalinización si no está conectada a la red de distribución".